lunes, 24 de junio de 2013

El Muelas

Qué tal mis chakaleros, después de tanto tiempo sin publicar nada, hoy les contaré una historia que me compartieron:

Tengo un compa del barrio que le dicen el Muelas; es un chacal mariguano de la colonia, no trabaja en algo fijo, siempre está buscando algún trabajo donde le dejen pistear, ah, pero que no sea muy cansado, a veces anda de chalan de albañil o anda juntando latas: "pa´ venderlas", él dice, "son pal kilo", el Muelas es un vato moreno, pelo corto y flaco, habla como los vatos locos de la película de Sangre por Sangre, algo así como: [acento de cholo] en la mesa hay una latita de chinga tu madre, porque no vas y te sirves un poco homie?.
Su sueño es irse para Chicago, donde dice que tiene unos primos que lo van a alivianar. Yo nunca he visto ningún intento para irse. La historia con el Muelas empezó con un trabajillo que agarre en vacaciones: hacer zanjas para unos cimientos de una casa al sur del estado, un amigo me dijo que si quería ganar una lanita en "una chamba fácil", me dijo mi compa, "nomas pa un fin de semana, y el Muelas te va hacer un paro". Y como andaba necesitado de dinero, pues le dije que sí, que estaba chido. Asi que nos fuimos el Muelas y yo para aquel rancho mugriento a hacer las pinches zanjas. La verdad que es una chinga, había que escarbar un metro hacia abajo y no me acuerdo cuanto de ancho, la pinche tierra en ese rancho creo que es tepetate, bien pinche dura, así que con el pico escarbaba la tierra y después con palas había que sacar la tierra. Mi compa también me dijo que el Muelas me ayudaría, pero yo no me sentía muy cómodo con el Muelas, porque es bien pinche webon, nomas tira hueva y se pierde por ratos cuando a va a fumarse su churro de mota. Pero pos ni pedo algo es algo de ayuda así que ni modo, a chingarle duro.
Yo escarbaba y el Muelas sacaba la tierra y la echaba en una carretilla para amontonarla hasta el otro extremo del terreno, en eso consistía todo su jale. Lo mejor de esto era que nos había tocado el clima nublado, ventoso, muy rico! Luego de un rato el Muelas ya estaba chingándose una caguama, ni puta idea de donde la sacó mientras que yo seguía con la chinga, quería que me pagaran completo y no quería dejar el jale todo puteado, y el Muelas ya me estaba haciendo emputar. Y bueno, no sé por qué, pero el pinche Muelas, no sé si por no comer bien, se había emborrachado muy rápido, el Muelas se andaba cayendo, pero trabajando, eso sí, zigzagueaba.
Cuando ya habíamos terminado una zanja de 30 metros, le paramos para echar taco, y descansar por un rato. Mi compa aun no llegaba, y en eso, el pinche Muelas se posó a mear justo enfrente de mí, yo no pude evitar mirarle la tranca prieta prieta como si fuera de negro y muy antojable, pinche Muelas parecía que no meaba desde buen tiempo, su chorro parecía al de una manguera y no dejaba de mear por un buen de rato. Yo, para ser honesto con ustedes, pues me calenté e incluso me parecía atractivo el pinche Muelas.
Después de mear el Muelas se fue a chingarse su gallo atrás de unos mezquites, porque no le gustaba que lo vieran, me decía, la verdad yo creo que simplemente no quería compartir el culero egoísta. Pasó el tiempo y yo ya me había olvidado un poco de él y cerré un poco los ojos para descansar, al rato: ¡Ingue su puta madre, ingue su puta madre! ¡Ay mamita ay mamita! Lo escuché gritar mientras voltea verlo y se desabrochaba los pantalones mientras que saltaba; cuando se los bajó... téngala culero egoísta, se le habían trepado unas pinches hormigas y lo picaban, el tarugo se sentó en los mezquites donde había un hormiguero y el wey no se había dado cuenta, yo casi me estaba cagado de la risa y el Muelas cayéndose atorado en los pantalones, y pues me fui a ayudarle a que se quitara los pantalones y a sacudirlos y también a quitarle las hormigas, al pinche Muelas le arrimaron una buena chinga las hormigas, el vato se quedo sin pantalones, y pude verlo encueradito puesto que no usaba ropa interior, es un pinche flaco correoso y desnalgado, marcaditllo pero marcado flaco, tenia mucho pelo en los huevos, su verga sobresalía, sus pezones son negros y el pecho es firme.
Yo aproveche la situación e hice un poco de lodo con saliva y tierra y le puse donde las hormigas habían picado, algunos piquetes fueron en la zona de las ingles, entonces le decía que abriera las piernas para curarlo y pues sus huevotes prietos y peludos colgaban, yo agarre los huevos para hacerlos a un lado y poder ponerle el remedio, mientras yo seguía riéndome, y el pinche Muelas estaba apenado, borracho y mariguano. Y así sin querer le agarraba en momentos la verga, y fui sintiendo como se le ponía dura, sentía como el apretaba y su verga daba reparos, el Muelas se me queda viendo a la cara y cuando lo vi, me reí, y le dije, ya se te puso bien dura pinche puto.
Él se reía también y me dijo: pues es que me la tocas bien rico, ya ni me duelen los piquetes, yo le decía que era normal, que eso pasa cuando nos tocan, y en eso me dice el muy avispado: "pues si wey pero ya me la alborotaste ahora le cumples", Jajaja pinche vato mamón ni siquiera me dio oportunidad de responder cuando me agarro de la cabeza y me llevo hasta su verga, yo estaba bien preocupado porque alguien nos viera, o mi compa o el dueño del terreno, la verdad no se me antojaba mucho mamarsela al Muelas le olía a orines y a lodo que yo mismo le había puesto, las primeras mamaditas que le daba, escupía la saliva, como para limpiarle un poco la verga, jeje. Después ya me prendí, su verga era muy cabezona y de buen grosor, con una ligera curva a la izquierda y la punta apuntando un poco para abajo y muy larga larga, el pinche Muelas se movía como un perro, me estaba cogiendo la boca y me buscaba el culo con su dedo y me lo acariciaba, me dijo: "pinche vato, desde hace rato te estoy viendo el culito, presta pa'la orquesta no? y te aliviano con cincuenta bolas, no seas culero, ando bien caliente".
Yo me quede sin aire y abría los pinches ojotes!!! ¡No mames el pinche Muelas me estaba ofreciendo 50 bolas si me dejo coger! jajajaja, le dije que sí al puto, pero que me los pagara ya porque si no se haría wey en no pagar, y entonces me dijo, "mira ahorita que nos paguen te los doy, por lo pronto quédate mis pinches convers y si quieres no me los das hasta que me paguen". Yo le dije que sí, y no es broma weyes, sólo porque me sorprendió la manera en que me pedió las nalgas accedí a que me pagará hasta después, porque sus pinches tenis mugrosos y apestosos no valían ni 50 bolas creo yo, tenían hasta las cintas de diferente color.
Me bajó el pantalón y mis calzoncillos y él ya estaba totalmente desnudo, nos metimos a la zanja para que nadie nos viera, me puso en cuatro patas y el pinche Muelas me empezó a coger, él de rodillas y yo a 4 patas, pinche excitación que tenía, me daba chingo de morbo, el muelas me pompeaba con un ritmo sorprendente, se paraba poquito y me siguía pompeando, no es broma weyes, pero ni siquiera me la había jalado cuando me vine de putazo, un chingo de mecos, y el Muelas que no tenía pa'cuando, así le daba un ratillo y en eso escuchamos la troca de mi compa que se acercaba, el pinche muelas me empezó pompear en chinga, parecía una película en alta velocidad, y siguió así con frenesí, me aferraba muy fuerte y yo apretaba mi culo pa'que se corriera pronto, sentía sus espasmos y sentía como su verga explotaba, y me sacó la verga de chingazo, se salió de la zanja de un salto y se puso el pantalón como rayo, yo me quede con mis piernas temblando como las de bambi, con al culo dolorido y palpitante adentro de la zanja.
Cuando llegó mi compa no se dio cuenta de nada, ya con los pantalones puestos y con el pico en mano, me dijo: "¿Cómo van? Ay cabrón, ¿qué traes? te vez muy jodido, échense un descanso putos ya casi acaban, les traje un cartón de chelas para que se alivianen." Le dije, pos tráelo puto, nomas nos lo platicas, así se fue por el cartón y en eso me dijo el pinche Muelas: "Oye morro te eche todos los mecos dentro, no te agüitas verdad?", jajaja me reí y le dije, no pues ya qué, pinche calentura, ah, eso si cabrón que no se te olvide que me debes 50 bolas o te vas descalzo a pata rajada hasta tu cantón, el pinche Muelas se rió. Luego mi compa nos pagó lo mitad del jale y nos dijo que al día siguiente nos pagaba la otra mitad, también nos dijo que nos traía una tienda de acampar y algo de provisiones, pues la chamba se alargaría toda la semana. ¡¡¡Toda una semana con el Muelas pompea rico, no mamen weyes!!!. Al cabo de un rato, el culero del muelas me dio 45 pesos en moneditas y me dijo, "wey no seas culero, es que le compre unos cigarros al tu compa el Martín y me dio 2 por cinco, y pos me descompletó tu tostón." Jajajajaja

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